5 de diciembre
Jueves. A las nueve de la noche nos hemos reunido la directiva de la nueva banda de música en el Bar OAR para estudiar quienes van a poner las firmas para que la Caja de Pensiones nos haga el préstamo de las 400.000 pesetas para comprar los instrumentos. Después, también se ha barajado si entre todos los industriales que apoyan el proyecto se podría recaudar esta cantidad, y así, librarnos de hacer el préstamo.
6 de diciembre
Viernes. Un servidor, Antoni Camps Fullana, he ido a consultar a varios empresarios. El primero en estar dispuesto a aportar la cantidad de 5.000 pesetas ha sido el dueño del Bar OAR, Desiderio Allés. Después, Antoni Vidal Rotger, dueño de Muebles Vidal, ha ofrecido también 5.000 pesetas. Y Laureano Florit Pons. Y otros también se han mostrado dispuestos a esto.
7 de diciembre
Sábado. A las tres de la tarde, en el Bar OAR, hemos redactado junto a algunos directivos un escrito con el cual dirigirnos a industriales y comerciantes para recoger cantidades de dinero. Pues muchos son los que quieren prestar dinero a la organización de esta Banda de Música.
Los propios miembros, constituidos en directiva, hemos aportado también unas miles de pesetas, con un total de 22.500.
8 de diciembre
Domingo. Hoy, a partir de la lista de los nombres de quienes están dispuestos a colaborar, vamos a visitar a las personas más acomodadas del pueblo de Ferreries. Por la noche teníamos ya 90.000 pesetas recaudadas.
10 de diciembre
Martes. Nos reunimos esta vez con la principal finalidad de organizar el viaje que haré a Valencia en avión, para compara allí los instrumentos. La directiva de la comisión creada me entrega 7.000 pesetas para este viaje.
12 de diciembre
Jueves. A las seis de esta mañana me marcho a Maó en el autobús de Francisco Sansaloni, quien todos los días se lleva [sic], muy de mañana, a obreros que trabajan allí. En Maó, me espera José Tortosa en el coche, y me acompaña al Aeropuerto. El avión sale a las ocho de la mañana para Palma. Me llevo un bajo y un bombardino muy viejos, para mirar si en Valencia los pueden arreglar. Son dos instrumentos del Ayuntamiento de Ferreries.
A las 11 y cuarto de la misma mañana sale el avión para Valencia, llegando yo a esta ciudad, que visito por primera vez, al cabo de una hora. Me dirijo en un taxi, y con los instrumentos, a Casa de Guillermo LLuquet, para escoger los nuevos.
En el restaurante donde voy a comer recibo la visita del joven ferrerienc Guillermo Coll Pons, quien está cursando sus estudios de arquitectura en la misma Valencia. Acompañado por el joven, visitamos la Sociedad Musical de Valencia, para preguntar allí si tendrían instrumentos de segunda mano. Nos contestan que tienen cien muchachos aprendiendo solfeo y que los instrumentos que la banda retira no son suficientes ni para que estos nuevos músicos vayan preparándose.
Después, nos dirigimos al pueblo de Alboraya, de 10.000 habitantes, y donde hay una banda de 60 músicos. El presidente de esta sociedad nos recibe muy amablemente. Pero tampoco aquí tienen algún instrumento usado para vender. Converso con este señor más de dos horas. El joven Guillermo, mientras, se entretiene jugando a ajedrez en el bar de esta sociedad.
El presidente me regala el programa de un importante concierto que hicieron y el reglamento de su sociedad, que nos servirá a nosotros para crear la Sociedad Musical de Ferreries. Nos despedimos de este buen señor presidente, quien incluso nos sacó el billete del autobús a Valencia, pagándolo de su bolsillo. Llegamos allí a las nueve de la noche.
13 de diciembre
Viernes. Al levantarme, me dirijo enseguida a Casa Lluquet, y dejo comprados 28 instrumentos para que nos sean enviados antes de las fiestas de Reyes. Pues tenemos el deseo de poder exponerlos en Ferreries en el escaparate de alguna tienda la noche del sábado [sic] de Reyes, como si fuera un regalo que nos han traído los Reyes Magos para poder organizar esta nueva banda de música en Ferreries.
Por la tarde, salgo de Valencia en dirección a Barcelona en avión. Llego a Ferreries el sábado.
Toda la directiva se ha activado en el asunto económico, con muchas reuniones y visitas a personas que colaboran para hacer frente a tantas miles de pesetas como necesitamos.
